A partir de la entrada en vigencia de la Ley de Gratuidad de la Educación Media, que rige desde el 2010, los colegios reciben dinero del Estado por cada alumno matriculado. Sus familias no deben abonar ningún monto. Los montos que se transfieren son de G. 90.000, 150.000 o 300.000 por alumno, según asistan a un Bachillerato Científico, Técnico en Servicios, Industrial o Agropecuario.
El problema es que esa transferencia se hace en dos partidas. Y la segunda partida nunca llegó, a pesar de que falta solo un poco más de un mes para que terminen las clases.
“Yo debo sueldos al personal no presupuestado, debo el seguro médico de los alumnos, si a un alumno le pasara algo, no sé a quién voy a recurrir; debo en la librería, la ferretería. Los laboratorios no tienen insumos, no se pueden realizar prácticas. En 15 días empiezan los exámenes, y tengo que hacer miles de copias”, explica Nimia Zotelo, directora del Colegio Ysaty.
Cada día los colegios requieren insumos de todo tipo. La llegada de los exámenes finales incrementa la necesidad, ya que se requieren miles de fotocopias de exámenes que ya no pueden correr por cuenta de los alumnos, porque no está permitido cobrar.
En el MEC dicen que los recursos figuran en el presupuesto, pero no fueron transferidos desde el Ministerio de Hacienda. Esta cartera alega que no hubo aún suficiente recaudación.
(Abc Color – 17 de octubre de 2012).
Fuente: Reseña «Niñez y Adolescencia en los Medios» de la Agencia Global de Noticias