El negocio del sexo en Asunción está regulado por una ordenanza de 1976, cuando Porfirio Ruiz Díaz era intendente. Esta normativa atenta contra los derechos humanos y las denominaciones de los locales comerciales no se ajustan a la realidad de los servicios que ofrecen.
La jefa de la Unidad de Control de Establecimientos de la Dirección de Defensa al Consumidor, Adriana Cardozo, indicó que la norma vigente está desfasada, por lo que se planteó la adecuación, pero no avanza en la Junta Municipal.
Quienes se dedican a este rubro pretenden erradicar el término de “prostíbulo” por el de casa de citas por tratarse de una denominación discriminativa y a las prostitutas llamarlas “trabajadoras del sexo”, de tal modo a dignificar la actividad.
Una cuestión llamativa es que los sitios de negocios sexuales no pueden patentarse como tales, sino que se utilizan rótulos como: “wiskería, sauna, clubes, masajes u hospedaje”, comentó Wilson Martínez director de Recaudaciones, lo que en cierto modo disfraza la actividad real.
“Se debería hacer una fiscalización de los negocios que dicen ser una cosa y terminan dedicándose a otra pero son muy pocos los fiscalizadores de la comuna, apenas se cuenta con 16”, sostuvo.
(La Nación, Pamela Giménez – 3 de octubre de 2012).
Fuente: Reseña «Niñez y Adolescencia en los Medios» de la Agencia Global de Noticias