El proyecto Rohayhu Che Barrio de la Municipalidad de Asunción busca rescatar del olvido los juegos tradicionales, como el trompo, la cuerda, la pandorga y las balitas. “Trabajamos en los barrios, para devolverles la vida social mediante los juegos”, refirió Cira Vergara, encargada del proyecto.
Los trompos, las balitas, la cuerda y la pandorga no tienen botón de encendido ni apagado, por lo que estos juegos no tienen un final sino a una pausa: el tiempo como privilegio. “No digo que el PlayStation sea malo, pero se nota que fomenta el individualismo, aleja a los niños de su entorno y de sus compañeros”, plantea Jorge Acosta, docente del Centro Educativo Sagrado Corazón de Jesús de Fernando de la Mora. El profesor trabaja desde este año en Asunción para revivir olvidadas formas de entretenimiento.
“Generalmente, los juguetes son muy caros, por eso, es importante saber que se puede construir un juguete con materiales reciclables y que los niños pueden desarrollar sus facultades creativas en el proceso”, agregó la licenciada Alba Pacheco, que trabaja con Acosta.
Por el Mes de la Juventud, la Comuna realizó en el Parque Carlos A. López un taller de confección de pandorgas, donde también se promovió el uso de los otros juguetes tradicionales.
Andrés Rivas tiene 13 años y vive en el centro. Aunque adora los videojuegos, admite que otros juegos entretienen y fomentan la imaginación.
(Abc Color, Jorge Lombardo – 23 de setiembre de 2012).
Fuente: Reseña «Niñez y Adolescencia en los Medios» de la Agencia Global de Noticias